Mariana García Mariaca, elegida Miss La Paz el pasado 28 de abril, nació el 20 de septiembre de 1988.
Le agrada la lectura, y se define como “cualquier joven con deseos, con aspiraciones en la vida y con planes”.” Me considero una persona sincera. No me gusta llevarme mal con nadie, porque la vida da vueltas. Estoy agradecida con Dios y con mi familia. Lo único que quiero es buscar mi felicidad sin hacer daño a los demás y cumplir con mis objetivos”, dice.
Le gustan las películas románticas y las de comedia así como todas las novelas de Carlos Cuauhtémoc Sánchez y de Paulo Coelho, pero en especial las historias de la cultura musulmana.
Antes de ingresar en el concurso, leía el libro titulado “ El velo del miedo”. “Me encanta conocer sobre las culturas que tienen una perspectiva atrasada sobre el papel de la mujer en la sociedad, a las que considero machistas e injustas.”
Arturo Borda es uno de sus pintores favoritos: “Pintó sobre las luchas sindicales que dirigía en aquella época la COB.”, puntualizó.
Su plato favorito es el ceviche y en cuanto a deportes, asegura: “Voy a trotar, pero el deporte que me gusta es el tenis, aunque no lo practico, pero soy seguidora.”
Tiene novio, con el que lleva una larga relación, pero no existen planes de casamiento.
“Él tiene 30 años y estudia Ingeniería Civil. Estamos juntos cinco años y cinco meses”, afirma. “Primero quiero terminar mi carrera, realizarme como profesional y posteriormente pensaré en formar una familia”, afirma.
Admira a su madre (Zaida Mariaca), coronel de policía, al igual que su padre, Luis García. “Vi cómo ella peleó para darse su lugar en esta carrera, que es tan machista”, expresó.
Antes de participar en Miss La Paz, pasaba clases en la universidad, y trabajaba en Opal Ltda., empresa distribuidora de bebidas. “Yo ya trabajaba como modelo independiente, pero quería conocer un poco más el lado del modelaje desde la perspectiva de una miss. También porque quiero cambiar la mentalidad de la gente cuando piensa que una Miss La Paz no hace nada, yo no quiero pasar por eso.”. asegura.
Compartiendo su experiencia durante la competencia, señala: “Aunque no tuve la certeza ni estaba confirmado que ganaría, me mentalicé, y es por lo que luché y me proyecté, para ganar. Sentí primero, una felicidad inmensa, y segundo, una tranquilidad, porque ya tenía el título para el que me había preparado por casi dos meses.
“Fue una linda experiencia, la verdad, me llevo todo lo mejor. La convivencia con las chicas fue lo más grata y llevadera”.
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